“Mi
Biblia no se queda sin batería como la tuya” o “Dios no te va a hablar por
WhatsApp” son frases que, aunque suelen ser dichas en tono de broma, no dejan
de tomar posición con respecto a la discusión binaria de “Biblia vs celular”. Esta
obra no pretende resolver el debate entre dos posturas tan polarizadas que,
llevadas a sus extremos, pueden ser igual de dañinas en distinta manera. El
propósito de este texto es proponer una reflexión franca sobre el impacto de
las nuevas tecnologías en la sociedad en general y en la manera en la que los
adolescentes cristianos se acercan a la Biblia en particular.
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